domingo, 8 de julio de 2012

Leh Ratree


Kate está estudiando mientras hace pequeños trabajos como modelo para ayudar a la economía familiar; vive con su madre, su padrastro que la quiere como una hija y sus dos hermanastros; y tiene una especie de novio (vease un amigo de la infancia enamorado de ella desde que era un crio que no hace más que atosigarla para que se casen al que ella en realidad ve como a un hermano). Seit por su parte dirige un imperio financiero (como el 90% de los protagonistas de los dramas), vive con su madre, su hermana y su mujer.

Aunque Seit no sabe como expresarle a su mujer lo mucho que la quiere siempre ha pensado que estaba enamorado de ella. Pero todo su mundo se desmorona el día que se entera que su mujer no sólo no puede tener hijos (eso a él no le importaba) sino que núnca ha podido, que le engañó diciéndole que estaba embarazada para que se casara con ella, que lleva años robándole y que núnca lo ha querido a él sino sólo su dinero (una joya de tía). Cuando está en pleno descalabro emocional tras haberse enterado de todo eso, le comunican que han encontrado a la persona que estaba robando en la empresa, furioso como está va en su busca. El ladrón no es otro que el padrastro de Kate, que acorralado y sin otra idea mejor decide proponerle a Seit que se acueste con su hija la deje embarazada y luego se deshaga de ella (este es tan buena persona como la mujer de Seit).

A la pobre Kate nadie le cuenta nada y muy contenta porque piensa que Seit ha decidido no entregar a su padre a la polícia; se va con sus galletitas a darle las gracias. Seit, cabreado con el mundo, piensa que la chica es poco menos que una puta y se le abalanza; y Kate le arrea un buen tortazo. Al final Kate termina viviendo en casa de Seit haciendo la labor de una secretaria personal-asistente-amiga.

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